Durante la crisis sanitaria que se vivió desde el 2019, la sociedad aprendió a relacionarse de
formas diferentes. Si bien, este aprendizaje fue dado desde una realidad crítica, las redes
sociales fueron la ventana para la apreciación de estilos de vida diferentes durante la
pandemia de la Covid 19.
En este tiempo, la red social Tik Tok conquistó a los jóvenes con su formato rápido y preciso gracias a su algoritmo (Mondragon, 2021), por lo cual no fue difícil verse sumergido en realidades diferentes que los creadores de contenido estabandispuestos a mostrar.
La reciprocidad que tienen los usuarios y los creadores de contenido fue en aumento hasta
un punto donde las tendencias y videos virales fueron controlados por diferentes patrones
de pensamiento (DIEZ , 2021). Esto generó que dentro de Tik Tok se generarán secciones
diferentes para los jóvenes con distintos gustos; diferente a la red social Instagram, quien
alberga y prioriza contenido estético a contenido de calidad y alternativo. Esto no quiere
decir que en Tik Tok no se priorice la divulgación de contenidos con patrones estéticos (ya
que es un método de enganche), lo que se busca aclarar es que la red social generó tanto
furor que miles de jóvenes con pensamientos, prácticas y actividades distintas crearon
comunidades, tendencias y relaciones acordes con su estilo de vida. Ahora bien, frente a la divulgación de contenidos estéticos que se ven en la plataforma de Tik Tok, estos están pregerminados por el algoritmo que maneja (Se mueve a través de los Hashtags (Diaz, 2020) lo que directa o indirectamente genera tendencias que los creadores de contenido desean realizar para llegar a más usuarios. Pero estas tendencias están establecidas desde patrones hegemónicos de belleza, lo que implica más allá del cumplimiento de la tendencia, una estética predeterminada que influirá en el éxito o no del video.
¿Qué es lo que sucede con estas tendencias pactadas desde la belleza? Desde la visión de los creadores de contenido, existe una presión directa de los usuarios por mantener una estética y un estilo de vida que genere influencia sobre estos mismos. Es decir, los creadores de contenido deben mantener una imagen física y emocional adaptada a ideas y patrones que se consideren “normales” o “bien vistos” para el público que los sigue. Por lo cual, los creadores de contenido se ven obligados a tener una imagen virtual que se adapte a las necesidades del momento (tendencias) para seguir teniendo influencia sobre los
usuarios.
Los usuarios (conscientes o no de la presión que generan) adoptan estos estereotipos y
estilos de vida, y las idolatran hasta el punto de generar comportamientos que cambien su
realidad y se parezcan a lo que muestran los creadores de contenido en esta red social. Los
patrones de belleza son uno de los principales motivadores que generan cambios en el
comportamiento de los usuarios, estos atacando directamente a la percepción sobre imagen corporal que tienen, ya sea desde patrones de vestimenta o lineales de belleza física (rostro, cuerpo, cabello etc.) (Villa, 2019).
Teniendo en cuenta ambos puntos de vista, se genera una relación bidireccional (DIEZ ,
2021) que presiona constantemente en los ideales de belleza occidentales, generando una
manipulación constante para transformar las realidades de las personas que consumen esta
red social, todo con el fin de crear comunidades donde su persona sea aceptada y validada.
Esta necesidad de aceptación se vio multiplicada por los factores ambientales y sociales que
genero la pandemia del Covid 19. Ahora, ¿Es posible que estas tendencias hayan afectado en la salud mental de los jóvenes? Escrito por: Valentina Durán